15 minutos de fama
Estoy chata de sentirme chata de todo lo que me rodea. Estoy chata de este país que no me defiende porque no he sido evidentemente torturada, que no me protege porque no soy extremadamente pobre, que no me escucha porque no soy suficientemente apitutada, que no me cuenta porque soy excesivamente invisible. Exijo subvención para mi malestar dominical, mi desgracia de día lunes, mi incipiente banda de rock, mis posibles embarazos sicológicos, mis eventuales salidas de madre.
Quiero salir en la tele y expresar abiertamente mi derecho a no pertenecer sin dejar de existir. Y con lo que cobraré por mis declaraciones, haré una fiesta monumental para huevones tristes y hecatómbicos, les arrendaré las minas del Passapoga para que se diviertan y me esconderé en la caseta del dj a tirar con el comentarista político que me encanta.